Hoy te pido eso, si me
enseñaste a amar, enséñame a olvidar esto que siento. Porque me enseñaste todo
lo bueno de amar pero no todo lo malo que ello conlleva. Me buscaste cuando yo
no buscaba ni quería enamorarme. Lo conseguiste, ¿sabes? Conseguiste tenerme,
conseguiste que me enamorase de ti perdidamente, como solamente he amado a mi
amor imposible. Como no pensé que nadie conseguiría. Y tú lo hiciste.
Y te fuiste. Y me quedé.
Huiste o, simplemente, me
abandonaste.
Me dejaste como nunca me lo
hubiese esperado de ti, como nunca me lo había esperado de ti.
Pero todavía, como una buena
idiota, te sigo esperando. Solo te hará falta tiempo para perderme. Dale tiempo
al tiempo, dame tiempo.
Mira la suerte que tienes, todos
locos por ella y ella loca por ti.
No se te daban nada bien las
asignaturas de ciencias, en cambio, te encantan las de letras. Me encantaba
chincharte cuando te estancabas en un libro y no salías de él y yo te
duplicaba. Me encanta cuando, aunque sean imaginaciones mías, me de la
sensación de que, a pesar de tanta contradicción en esta situación, me miras de
reojo o me observas cuando estamos en el recreo y hago las acostumbradas
tonterías y gilipolleces con mis amigas. Quizás son solo eso, imaginaciones
mías, pero me dan algo de fuerza y valor para seguir escribiéndote y, si te
molesto o te duele o... cualquier cosa, dímelo que te juro que al igual que
juré que no te volvería a molestar (y por ello ni te hablo, ni te escribo
directamente) que no volveré a escribir sobre ti, que no te volveré a escribir
ni una sola letra, palabra o, intento de ello.
Pienso,
quiero que me enseñes a
olvidar,
quiero que me enseñes a no
olvidarte a ti,
quiero que me digas que me
quieres,
quiero que me digas que todo lo
que hago
merece la pena.
Quiero recibir un mensaje de ti
que me diga que me esperas
en las escaleras,
en nuestras escaleras.
Ni de ellos ni de otros,
lo nuestro, las nuestras.
Quiero que tengas dudas de todo
menos de mi.
Quiero que me llames cariño,
como siempre
como yo a ti. Con cariño.
Un te quiero de nuevo susurrado
para mis adentros.
Mientras me muero por escribirte, mientras me muero por
recibir una sola palabra de ti.
Saber qué tal estás, saber si
me muero por alguien que muere por vivir.
"Él la extraña.
Ella lo piensa.
Él quiere escribirle.
Ella quiere que escriba.
Él no lo hace.
Ella le responde a otro.
Fin."