Si veis que ando un poco perdida de este blog, por favor, no dudéis en leerme en Wattpad, bajo el nombre de Fresaconnata. No os defraudaré.

domingo, 12 de octubre de 2014

Comienzo.

Esto que escribo son solo palabras con sentimiento. Palabras de mi puño y letra, con tinta desgarrada de sangre quemada que corre por dentro de mis venas.
Si soy joven para saber lo que es el amor, ¿por qué no soy también joven para saber el dolor que ello provoca?
Si hablo de dolor, muchos se reirán entre dientes pensando que soy una joven ignorante, fruto de la imaginación y ensoñación del querer sentir algo que se me queda grande. Pero ahora, grandes sabelotodos, yo os replico y os pregunto: ¿Si tan pequeña e ignorante soy, por qué cuando le perdí sentí y siento cada vez que le pienso, que me desgarro por dentro? ¿Por qué por mucha gente que haya a mi alrededor me siento vacía y jodidamente hecha una mierda?
En cambio, sé que muchos piensan lo que escribo y sienten lo mismo que describo. Yo, ya estoy perdiendo la esperanza de volverme a ver entre sus brazos, sobre todo porque él no se da cuenta que está perdiendo para siempre algo que le ha costado conseguir más de dos años, algo que sin darse cuenta es la pieza principal de su felicidad, de su sonrisa sincera, de alegrarse al despertar por la mañana para ir al instituto sólo para verla, para verme, y suspirar antes de caer rendido a Morfeo por no tenerme allí a su lado, en su cama.

Decidme, queridos adultos sabelotodos que se tropiecen con mis palabras desgarradas y lágrimas que empañan mi mirada, ¿acaso os sentís felices de amargar a una joven pareja de enamorados por hacerla temer por los estudios, los objetivos en la vida o, directamente con reproches hacia el otro lado de dicha pareja por un error súbitamente personal? Con esta pregunta no quiero decir que el adulto que este leyendo esto tenga la culpa, no... simplemente quiero expresar mi enfado que guardo por dentro por no pejudicarle más a él... que no parece darse cuenta de que descubrí su sonrisa y sonrojo verdaderamente sincero, después de aquel beso ansiado en la mejilla que le brindé cuando se dignó a hablarme en persona, después de haber querido dejar lo nuestro con motivos ilógicos para el caso.
No me gusta ver que me rehúye, a mí y a mis personas cercanas. Que agacha la cabeza cuando pasa por mi lado... si tan seguro estabas de ese paso, ¿por qué me agachas la cabeza, cariño?
Piénsalo, ¿quieres perderme o lucharás por mi, por ti, por los dos?
Hoy es un día de esos con frío y nublados, como mi ánimo. Ya no sé si soy yo o es el tiempo, pero en mi interior siento un frío que desgarra, un vacío interminable y lágrimas que empañan mi triste mirada. Que difícil es fingir estar bien cuando por dentro sólo lloras, ya sea de la rabia, de la frustración o del amor que le tienes... un amor que él no se da cuenta, un amor por el que intentas luchar y aferrarte con todas tus fuerzas, con uñas y dientes. Una batalla que todavía no quiero dar por terminada, contigo no, mi amor.
También quiero que comprendas de una vez una cosa, estaré en los sueños y pensamientos de muchos, pero yo tengo claro quién está en los míos. Tu mirada en la mía, mi mirada en la tuya.

Los demás me importan una mierda, sólo te quiero a ti.

 

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