Si veis que ando un poco perdida de este blog, por favor, no dudéis en leerme en Wattpad, bajo el nombre de Fresaconnata. No os defraudaré.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Palabras.


Querido nadie:
Y aquí estoy, de nuevo dedicándote unas líneas, pensando otra vez en ti.
A veces me rindo, suspiro y me acurruco debajo de las sábanas destrozada en llanto.
A veces simplemente me resigno y camino cabizbaja por la calle, con los labios apretados, conteniendo lágrimas que amenazan una vez más con salir y delatarme.

Sufrir en silencio, esa es la clave.
Es muy difícil fingir que estoy bien cuando no lo estoy, cuando cada vez estoy más muerta por dentro. Es muy difícil contener las lágrimas cuando te veo pasar por delante o a mi lado y pasas indiferente, como si fuese otra idiota más. Lo soy, eso y más.
Aprieto los labios por no echarme a llorar.
Respiro hondo para no perder la máscara que oculta mi tristeza y da una imagen alegre, feliz y risueña.

No soy fuerte, nunca dije que lo fuese.
Nunca me dijiste que me mentías, nunca me dijiste que habría un día en el que destrozarías mi mundo y eliminarías mi sonrisa.
Es muy complicado amarte cuando tú juegas.
Es muy complicado querer que algo funcione cuando sigues pendiente de terceras personas y de opiniones.

¿Sabes? Cuando amas a una persona, el resto del mundo te importa una mierda.
Ahora pienso, sí, cierto. Un día me dijiste que habría un día en el que me perderías y te veías en un futuro solo y amargado.
A mi tampoco me gustó esa tarde de llantos, pero te quiero y ese comentario me mató por fuera y por dentro.
A veces me cruzo con gente que se me queda mirando como si fuese un bicho raro o como si nunca antes hubiesen visto algo igual. A veces no suelo entender esas miradas. A veces, me doy cuenta que he conseguido que ese chico se gire a mi paso, o aquel grupo del autobús que se quedaron embobados y luego se giraron todos cuando el autobús arrancó y yo seguí caminando por la acera. En esos momentos sonrío pero cae una lágrima al pensar que contigo antes pasaba, al comprobar que ese verbo en pasado es ya presente, al pensar que antes éramos dos imanes que nos buscábamos siempre, a pesar de los contratiempos, a pesar de nuestras ausencias por deberes y obligaciones, a pesar del mundo a contracorriente.

Te quiero como nunca odié a nadie.
Sigo soñando despierta el día en que te des la vuelta y me beses, el día en que con una selecta carta de amor escrita de tu puño y letra me jures amor, el día en que aparezcas en mi entrenamiento como si no hubiese pasado nada, me agarres de la mano, salgamos a pasear y me beses como nunca antes has besado a nadie, como sólo tú sabes hacerlo, amarme como sólo tú sabes amarme, mirarme de arriba abajo y hacer que se me salten las lágrimas de la emoción al verte entre mis brazos. Quiero que mis rodillas vuelvan a temblar al sentir tu mirada puesta en mí, despertar con un ¡Buenos días, princesa! o escribirte mi ¡Buenos días, Dormilón!  Porque duele saber que cada día te quiero más.

Me estás perdiendo poquito a poco, por mucho que te ame más que a mi propia vida y por mucho que los recuerdos pesen. Cada día pienso un poquito menos en ti. Cada día te escribo menos, cada día te extraño más pero me contengo.

“Haré que de mi nunca te olvides y que mi nombre en tu recuerdo quede. Y si es verdad que el amor con el tiempo muere, haré que el tiempo espere.”

Posdata: Te quiero.

                                                                                                           Siempre tuya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario